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jueves, 23 de enero de 2014

Enero invernal





 






Seguimos con este mes de enero lluvioso, que alterna algunos días fríos 
con otros de tonos grises.
Nos perdemos desorientados en el tiempo en las cartas marítimas
 de las largas tardes.
A veces miramos tras los ventanales
antes de correr las cortinas pesadas
cuando cae la noche y vemos como el atardecer se precipita.
Lecturas y re lecturas.
Infusiones y café.
Bocetos de planes futuros.
Noches con nuevos libros que trajeron los Reyes Magos.
Si hay días con sol, paseos matinales entre los árboles pelados.
Conversaciones largas.
Escuchas sosegadas y ensimismadas.
Noches en las trincheras.
Ensoñaciones.
La nieve cubre las cumbres.
Blanquea el horizonte y enfría a los caminantes.
Quizá tengamos que hacer algún muñeco con sombrero y zanahoria.

domingo, 3 de noviembre de 2013

Los meses del otoño









La inmensidad del pensamiento libre y de nuestra ira desbordándose por los labios.

Los futbolistas de antes. Los goalkeeper. Sin tiempo de dar ruedas de prensa. Jugaban y se divertían.

Las briznas del elegante otoño con gabardina y paraguas blanco.

Un tazón de arroz con leche humeante escuchando a 

Los Beatles en la azotea despidiéndose de casi todos a ritmo de Get Back.

Pero no regresaron. Una pipa humenate de un viandante sorprendido.

Los bobbys de negro conteniendo a la masa. Las miradas desafiantes entre John y Paul.



Una buena chimenea. Un abrazo lento y cálido antes de dormirse.

Un cuento susurrado mientras haces la cena.

La olla macerando la carne y la verdura. Estofado con hierbas aromáticas de los tonos de 

este noviembre que ya salpica los cristales de agua  azulada y viento salado.

¿Hay algo qué nos guste más...?





sábado, 8 de diciembre de 2012

Sueños y realidades





Unense aquí la visión de la Naturaleza.Somos Naturaleza y se nos olvida. Y así nos va. Esa imagen de la ingeniería de la piedra anclada en la tierra. Del sol y el aire hablando con la roca, acariciándola, empapándola de lluvia o de húmeda niebla. Resecándola con un sol de la estepa castellana. 
Los placeres de pasear entre colores de otoño. Tiempo para leer. Para rumiar ideas. Para repensar y comentarlas con otros. Para concluirlas escribiéndolas en un cuaderno. Escuchándonos y tomando conciencia y partido de la que nos están echando encima. 
Cuando niños, libres de todas responsabilidades de adulto, soñábamos mundos, historias, personajes. Soñábamos bajo las sábanas, leyendo a Verne, o tras ver una película de aventuras en la televisión o en el la sala de un cine de domingo. Soñábamos con un mundo mas habitable, sin muchos problemas, ajenos a miedos. Vivíamos algunos instantes confortables, ficticios, mullidos y calentitos. 
Pero tras muchos años de estudios, desengaños, fracasos, proezas, amores, intentonas, sueldos de principiante, llegamos a un episodio del libro que no esperábamos:el fin de la esperanza por vivir. Quieren que nos rindamos, que nos cansemos de vivir, que renunciemos a argumentar, a pensar, a reivindicar, a soñar como cuando niños.


Nos quieren conformistas, desmemoriados y tristes.
Nos imaginan solitarios, ofuscados, desarraigados, rotos.
Y nosotros, los que leímos y releemos a Verne, a Stevenson, a Scott, no podemos imaginarnos destrozados y perdidos entre los abedules del bosque de Sherwood. 
Pero vamos a seguir buscando la belleza.