Los amigos entre las piedras medievales. La luz que tanto nos hiere y reconforta. La conversación con uno mismo leyendo para descifrarnos otra vez, una más. El paseo perpetuo bajo el cielo sin nubes. El sol a plomo. Los pasos que resuenan persiguiéndonos como una sombra que jamas nos deja solos. La escritura para encontrarnos otra vez mas detrás de cada paso, de cada página de cada piedra. Un paseo por la vida de uno mismo en cada instante que nos detengamos a mirar. A escuchar. A leer. A mirar. Una foto que cobra vida.
